Blog •  17.06.2022

Midiendo la inversión en cada pasada de tractor

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Maquinaria infografía

Una de las estimaciones más impactantes que se pueden encontrar respecto al uso de la agrotecnología es la de que una explotación agrícola media genera –potencialmente– alrededor de medio millón de puntos de datos al día. Otra cuestión bien distinta es que se recojan, analicen y se saque provecho de ello o no.

Con esta mayor disponibilidad de datos, aumentan las oportunidades de analizar el impacto de los gastos operativos en los resultados económicos de una explotación, especialmente en lo que respecta a los gastos difíciles de controlar, como la maquinaria y la mano de obra, que también se encuentran entre las mayores inversiones de una explotación.

Aunque los costes de los equipos de referencia varían y resulta complicado hacer un único cálculo de costes fijos, en el contexto actual nos encontramos un exagerado aumento de los costes variables, derivados principalmente del aumento de los precios del gasóleo agrícola. Algunas estimaciones recientes marcan un aumento del coste horario derivado del combustible que ha pasado de ser de 10.5€ a 21.4€, unas cifras que reflejan la dificultad del sector de trabajar con márgenes de producción sostenibles económicamente.

Por todo ello, es cada vez más relevante medir el retorno de la inversión en cada pasada que se hace en campo con el tractor, ya que aquellas explotaciones más rentables suelen gestionar de forma muy controlada los costes relativos a la maquinaria.

El tamaño impacta

La inversión en maquinaria por hectárea suele disminuir cuanto más grande es la explotación. Sin embargo, el hecho de conocer este punto no siempre sirve para tomar decisiones de compra. Existe un gran número de decisiones de compra de maquinaria que se realizan basadas en consideraciones fiscales, ayudas gubernamentales y –muy relevante– en aspectos emocionales o de afinidad por una marca y modelo.

Con los precios de la maquinaria aumentando y unos márgenes cada vez más estrechos, esta estrategia puede resultar cuestionable económicamente en el largo plazo. Puede ser más interesante que las compras de maquinaria sean menos un idilio emocional o basado en impuestos y centrarse en tener el complemento justo para cubrir tus parcelas. 

A la hora de la verdad, la mayor diferencia de rentabilidad viene por el lado de la gestión de la maquinaria y de mantener todo en consonancia con el tamaño de la explotación. 

Saber cuándo comprar. Y si debo comprar

Antes de comprar, se debe considerar si la compra del nuevo equipo se ajusta al presupuesto, estimando el retorno de la inversión de esa compra. Un retorno de la inversión negativo, con los costes de amortización y todas las partidas a calcular correctas, nos indica que lo más probable es que la compra de equipos no genere suficientes ingresos para cubrir su coste. En este caso, es mejor esperar o buscar otras opciones como el alquiler o la contratación de una empresa de servicios agrícolas.

Otro factor a tener en cuenta es el tiempo de inactividad que puede permitirse su explotación. Las reparaciones llevan tiempo y afectan a la productividad, sobre todo si se trata de un equipo crítico que puede hacer ganar mucho dinero en poco tiempo. Dada la brevedad de las ventanas de siembra en primavera o de la cosecha a tiempo, es fundamental contar con una sembradora o una cosechadora que no cause problemas.

Estos puntos son algunos de los motivadores de que muchos agricultores prefieran en los últimos años realizar estas tareas mediante la contratación de empresas de servicios agrícolas, capaces de gestionar la maquinaria y obtener su potencial y rendimiento horario máximo.

Comprender cómo afecta la maquinaria a la rentabilidad en el campo

La rentabilidad se reduce a obtener un mayor rendimiento a un menor coste por hectárea, y a entender qué es lo que lo impulsa. Una de las tendencias en este aspecto es que aquellas explotaciones más rentables son las que adoptan las últimas tecnologías para evaluar todas las decisiones agronómicas, al tiempo que mantienen una gestión exhaustiva de sus costes.

Históricamente, los costes de maquinaria y mano de obra eran relativamente difíciles de medir a nivel de campo. El uso de la tecnología ha cambiado este punto. Ahora las explotaciones pueden utilizar la tecnología para ver el impacto de la maquinaria y las horas de trabajo en la rentabilidad de los campos, de la misma forma que se utilizan las imágenes de satélite para el monitoreo de los cultivos para saber qué zonas contribuyen más a la cuenta de resultados y cuáles no. 

Teniendo en cuenta que los gastos de mano de obra y equipamiento pueden suponer de media entre el 15 y el 25 por ciento de los costes totales de producción, y el aumento de las estimaciones de los costes de la maquinaria, es más importante que nunca comprenderlos plenamente.

Un buen mantenimiento de la maquinaria, y unas actuaciones de precisión en los momentos clave como la siembra o el abonado pueden ayudar a esta rentabilidad. Para ello, una gestión variable, como la que permite Granular Link con sus mapas de siembra inteligente o de abonado variable de fondo o cobertera, compatible con todos los modelos de maquinaria agrícola, puede ser una gran oportunidad de ajustar costes de cara a una campaña que se presenta más retadora que nunca.

 

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