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Conocer los costes de producción, fundamental en la toma de decisiones

El agricultor necesita conocer a fondo los costes de producción del cultivo para la toma de decisiones. Uno de los más complejos de cuantificar es el de la maquinaria, para el que existe un modelo en el que se debe conocer los datos técnicos de ésta.

Para las explotaciones de maíz es muy importante conocer sus costes de producción y, a partir de ello, establecer el margen de contribución y la rentabilidad neta de cada parcela. Esta es una información clave que facilita a los agricultores la toma de decisiones relativas a mejorar los procesos y optimizar el rendimiento de los cultivos.

A la hora de determinar los costes de producción debemos tener en cuenta si son directos o indirectos. En el primer caso, se encuadrarían los insumos (semillas, abonos, pesticidas, fertilizantes, insecticidas…), la mano de obra o la maquinaria. Mientras que en los indirectos se encuentran aquellos gastos que no repercuten en un único cultivo, como pueden ser los costes administrativos o impositivos.

Entre estos factores, uno de los más complejos de cuantificar es el que se refiere a la maquinaria. Entre los diferentes métodos para valorar este coste encontramos el estándar ASABE, recomendado por la American Society of Agricultural and Biological Engineers, que facilita, además, realizar una estimación previa a la puesta en marcha del cultivo.

En el cálculo es recomendable contar con datos técnicos de la maquinaria, como la potencia, el uso anual en horas, la vida máxima en años o su precio de adquisición. En el caso de que no se dispongan, esta sociedad proporciona información sobre la vida máxima en horas de cada tipo de máquina. A partir de aquí, el cálculo de costes de la maquinaria según el estándar ASABE contempla costes fijos y costes variables:

Costes fijos:

  • Depreciación. En términos generales, se entiende por depreciación la pérdida de valor que tiene la máquina como consecuencia del uso que se hace de ella, así como por su obsolescencia. Para su cálculo tendríamos en cuenta:

Precio de adquisición/ Vida útil + precio de adquisición / (Duración máxima x hora trabajada)

  • Interés del capital invertido. Tiene en cuenta el coste de la financiación para la compra de la maquinaria. En el caso de que la adquisición se haya realizado sin necesidad de recurrir al crédito, sería el equivalente a la rentabilidad obtenida al invertir ese mismo capital en una inversión con bajo riesgo. Dependiendo del tipo de interés del dinero en cada momento puede situarse entre el 3 % y el 10 %.
  • Seguros. Es preciso repercutir el coste de las pólizas tanto de responsabilidad civil como de incendio. Suele oscilar entre el 0,5 % y el 3% del valor de adquisición.
  • Impuestos. Aplicables fundamentalmente a aquella maquinaria que circula por vías públicas.
  • Almacenamiento. Si procede, se deben repercutir los costes de aojamiento de las máquinas. Cuando se trata de un espacio que es preciso alquilar, su precio suele oscilar entre el 0,1 % y el 1,5% del valor de adquisición.

Costes variables

Son costes que se imputan por el hecho de utilizar la maquinaria y que no se repercutirían si estuviera parada.

  • Combustibles, lubricantes y filtros. Dependerá de la potencia nominal del motor y del trabajo al que se le somete.
  • Mantenimiento y reparaciones. El mantenimiento de la maquinaria comprende diferentes actuaciones, desde pequeños ajustes a revisiones generales y, al igual que en la depreciación, influyen factores como el tiempo de uso o la antigüedad de la máquina.
  • Coste de personal. A valorar también si no se ha contemplado dentro del capítulo de mano de obra general. Teniendo en cuenta, además, que el tiempo del conductor debe ampliarse de un 10 % a un 20 % con respecto al periodo que está la máquina en uso, puesto que se contempla tanto la conducción como la puesta a punto.

 

El importe de todos estos conceptos dividido por el número total de horas trabajadas anualmente nos indica el coste por hora/máquina que, a su vez, sirve para conocer el coste en maquinaria que tenemos por parcela en función de las horas empleadas. 

Margen de contribución y rentabilidad

Una vez que determinamos el coste de producción, lo multiplicamos por el número de kilogramos vendidos por parcela y así obtenemos el coste de la producción vendida. El margen bruto o de contribución será el resultado de restar esa cifra a los ingresos recibidos.

La rentabilidad neta la obtendremos de repercutir a ese margen la amortización de otras inversiones, los gastos de administración, comerciales, etc.