Cultivos tropicales en España

La irrupción de los cultivos tropicales en la agricultura de España

21.08.2023
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Artículo escrito por la periodista agroalimentaria Esther Ibáñez

  • El sector de las frutas tropicales ha favorecido la investigación universitaria sobre la adaptación de estos cultivos al agro español en las que se establecen las mejores prácticas para la propagación del cultivo, claves para la elección de suelos idóneos, así como el manejo más recomendable según las características de la planta.
  • Las frutas tropicales constituyen uno de los cultivos con mayor valor añadido del sector agrícola español. La superficie de cultivos ecológicos permanentes de plataneras y otros frutales tropicales aumentó un 25% respecto al año anterior, siguiendo la senda ascendente de años anteriores.

El surtido de frutas tropicales en las fruterías ha crecido enormemente en las últimas décadas. Más allá de las plataneras, cuyo cultivo está asentado en las Islas Canarias desde el s.XVI, en el mercado encontramos cada vez más aguacates, mangos, chirimoyas o pitayas de origen nacional. Los rasgos del clima subtropical de las Islas Canarias también alcanzan a las costas del sur peninsular, sobre todo en las provincias de Málaga y Granada.

En el último informe del sector de Frutas y Hortalizas publicado en el Ministerio de Agricultura se estiman unas 28.744 hectáreas dedicadas al cultivo de frutas tropicales de las que salieron un total de 231.158 toneladas de producción. Las frutas tropicales representan un 3% de todas las frutas que se producen en España.

La irrupción del cultivo de frutas tropicales ha introducido un nuevo perfil de agricultores con necesidades y demandas distintas en el panorama español. Desde 2013 un total de 450 productores de frutas tropicales se unieron a la Asociación de Tropicales que, les representa y da voz a estos cultivos que se extienden por las costas del sur y sureste peninsular, desde Huelva hasta la Comunidad Valencia. Sus asociados suman unas 3.350 hectáreas de cultivo de frutas tropicales, de las que algo más del 10% son de manejo ecológico.

Las nuevas frutas

La globalización, también en la alimentación, ha conllevado que se incorporen en la cesta de la compra frutas desconocidas hace unas décadas. Frutas exóticas de las que es necesario aprender incluso la forma de cortarlas y degustarlas han supuesto una revolución en el mercado.

La demanda de la alta gastronomía y restauración a la hora de proporcionar a los comensales sabores nuevos, matices y texturas poco habituales podría apuntarse también como un factor que ha estimulado la demanda de estas coloridas frutas. Las tendencias de consumo, en las que zumos, batidos, smothies y helados han desarrollado un enorme crecimiento en lo que llevamos de siglo, han encontrado en estas frutas un filón de nuevos sabores refrescantes.

Amén de que muchas de ellas presentan componentes nutricionales muy interesantes, como vitaminas, minerales y se incluyen en dietas por su alto contenido en fibra o por la presencia de grasas beneficiosas. La presencia de antioxidantes se delata por sus frecuentes colores rojizos y brillantes como la pitaya, por ejemplo.

Cultivo cada vez más ecológico

Las frutas tropicales constituyen uno de los cultivos con mayor valor añadido del sector agrícola español. Según el último Informe de producción ecológica del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, en el año 2021 la superficie de cultivos ecológicos permanentes de plataneras y otros frutales tropicales aumentó un 25% respecto al año anterior, siguiendo la senda ascendente de años anteriores.

El sector de las frutas tropicales ha favorecido la investigación universitaria sobre la adaptación de estos cultivos al agro español en las que se establecen las mejores prácticas para la propagación del cultivo, claves para la elección de suelos idóneos, así como el manejo más recomendable según las características de la planta. En muchos casos es necesario disponerlas en invernaderos, con nebulizadores que aumenten la humedad relativa del aire. En otros casos aconsejan instalar ventiladores que muevan la acumulación de aire caliente en las instalaciones.

El agua, la clave

Por una parte, el aumento de las temperaturas como consecuencia del cambio climático y la escasez de días fríos hace viable que se introduzcan nuevas variedades tropicales en España y que se expandan cada vez más las que están asentadas en las costas, pues las temperaturas en el sur peninsular cada vez se asimilan más a las de zonas tropicales, salvo con una diferencia fundamental: el agua. La falta de precipitaciones obliga a que la gran mayoría de los cultivos de frutas tropicales en España sean de regadío. La disponibilidad de agua de riego es el talón de Aquiles del sector.

Además, muchas de estas plantas sufren de distintas plagas y hongos en sus orígenes, por lo que al trasladarlas al sur peninsular es necesario establecer nuevas estrategias de protección de cultivos, como el uso de drones, adaptadas a la climatología y los agentes causales propios del sur de Europa.

La Firma Invitada

Esther Ibáñez

Esther Ibáñez

Periodista Agroalimentaria

CortevaTalks

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