Agronomía

Ventajas de una buena gestión del silo en trinchera.

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Por Kevin Putnam, Pioneer Experto en el sector lácteo

Si bien las condiciones de cultivo determinan la digestibilidad de la fibra, los agricultores pueden tomar medidas para preservar la calidad del forraje tras el picado, lo que se traducirá en un silo de mejor calidad. Para mejorar el resultado final, es fundamental conservar los forrajes tanto al principio como al final de la fermentación.

Son muchos los factores que influyen en las pérdidas de nutrientes durante la cosecha y después de ella. Lo más importante son las técnicas de cosecha y la gestión general de la trinchera (ensilado y abertura). La madurez del cultivo, la materia seca de la cosecha y la longitud de corte pueden influir en la densidad de carga y la fermentación. El hecho de conocer las condiciones de campo y la madurez de los híbridos permite a los agricultores elegir la fecha más apropiada para su picado. Vigile y compruebe el estado vegetativo de sus cultivos. El picado puede retrasarse entre 6 y 10 días si el cultivo tiene entre un 3 y un 5 por ciento más de humedad por encima del nivel óptimo.

Después de la cosecha, la preservación de la calidad del forraje depende de que no haya oxígeno dentro. La clave reside en la densidad de carga, la cobertura de la trinchera y la gestión de su apertura.

Densidad de carga

Los expertos recomiendan una densidad media de carga de 15 kilos o más de materia seca por cada 28 decímetros cúbicos. Una densidad de 8 kilos de materia seca ahorra otro 1,5 por ciento de materia seca. La pérdida de materia seca reduce el contenido en carbohidratos que se deben sustituir por una fuente de energía como la harina de maíz.

Siga estas pautas de carga apropiadas: Lo ideal es extender capas de 15 centímetros o menos a lo largo del plástico. Utilice la regla del 800: Multiplique el número de toneladas que llegan cada hora por 800 para obtener el total de kilos que debe pesar el tractor pisador.


Cobertura del silo

Después de llenar los silos, utilice plástico para cubrir el forraje. Algunos agricultores utilizan neumáticos para sujetar las cubiertas de plástico, mientras que otros colocan bolsas de grava o utilizan revestimientos que proporcionen barreras contra el oxígeno. El uso de plástico para forrar las trincheras reduce las pérdidas a lo largo de las paredes laterales.

Dejar una trinchera al descubierto puede provocar la pérdida de hasta el 45 % del «valor nutricional» en el primer metro de la parte superior. Una percepción simplista del beneficio que supone la aplicación de buenas prácticas de gestión que podrían reducir las pérdidas por reducción en un 5 % en toda una trinchera de 1.000 toneladas, con un valor «de alimentación» de 37 euros por tonelada, sería de 1.840 euros (1.000 toneladas * 5 % = 50 toneladas * 37 euros = 1.840 euros).

Sin embargo, las pérdidas de materia seca (MS) en el ensilado consisten casi exclusivamente en azúcares y, cuando estos se reducen, la fibra se vuelve realmente concentrada. Para evaluar debidamente la pérdida por reducción desde una perspectiva «nutricional», hay que calcular el valor de los azúcares que se han perdido. Puesto que el almidón y el azúcar presentan un valor nutricional muy similar, es habitual expresar la pérdida de nutrientes en forma de kilos de grano de maíz (harina de maíz). Los cálculos pueden ser un poco confusos ahora, ya que se deben ajustar todos los valores con base en la MS. Si el grano de maíz contiene alrededor de un 70 % de almidón (en base a un 100 % de MS), en 25 kg de maíz (con un 84,5 % de MS), se obtienen 15 kg de almidón al 100 % de MS (25 kg * 85,5 % MS = 61 kg/hl * 70 % de almidón = 150 kg de almidón). Nuestras 50 toneladas de ensilado perdido "de alimentación" en una trinchera de 1.000 toneladas (35 % de MS) equivale a 17,5 toneladas de MS perdidas (50 * 35 % = 17,5). La pérdida de 17,5 toneladas de ensilado «equivalente a almidón» dividida por 43 kg de almidón al 100% del maíz húmedo por cada 25 kg equivale a precisar 3.800 kg de grano de maíz para reponer la pérdida del ensilado (17,5 toneladas * 2.000 = 15.900 kg de MS perdida / 43 kg de almidón por cada 25 kg = 3.800 kg).

Si 25 kg de maíz cuestan 3,50 dólares, el valor nutricional de reducir la MS un 5 % sería de aproximadamente 3.000 euros (3.800 kg * 3,5 dólares = 3.700,90 dólares). Si se tiene en cuenta este ahorro sobre la totalidad de la trinchera de 1000 toneladas, se ahorran 3,70 dólares por cada tonelada de ensilado en caso de que se apliquen estrategias de gestión (inoculación, mejor compactación, mejor gestión de las caras) que reduzcan la disminución un 5 %.


Gestión de la abertura

Mantenga el frente del ensilado limpio para garantizar su calidad. Retire el forraje con un equipo que minimice las fisuras y la penetración de oxígeno. No excave el frente con un cargador frontal.

Los datos demuestran que una trinchera promedio pierde el 15 por ciento de la materia seca durante el ensilado y la abertura. Una buena compactación, un inoculante de calidad, una cobertura adecuada para la trinchera y el uso de una fresadora pueden reducir las pérdidas a un 10 por ciento.


Limitación de pérdidas

Los técnicos de Pioneer utilizan una cámara de infrarrojos para mostrar la variación de temperatura en el frente del silo. Los niveles de calor elevados indican una gran pérdida de energía.

Los inoculantes ayudan a reducir esas pérdidas; los inoculantes que contienen Lactobacillus buchneri contribuyen a aumentar la vida útil del plástico del suelo, al tiempo que protegen el ensilado del calentamiento y la descomposición por microorganismos. Los estudios demuestran que los inoculantes de la marca Pioneer® que contienen la bacteria L. buchneri reducen las pérdidas aeróbicas de materia seca, lo que los convierte en un instrumento ideal para garantizar la calidad y mantener el valor alimenticio del ensilado.

Pioneer ofrece una amplia variedad de productos inoculantes que contienen una combinación de cepas patentadas de L. buchneri con el fin de aumentar la estabilidad aeróbica y mejorar la calidad del ensilado. Entre los productos, se incluyen 11CFT y 11C33 para ensilado de maíz, 11AFT para alfalfa, 11G22 y 11GFT para ensilado de pasto o cereales y 11B91 para maíz de alta humedad o grano húmedo. Pioneer también pone a disposición una serie de tecnologías de aplicación diseñadas para que se adapten a las principales marcas de maquinaria para la cosecha de forraje.