La Palma apuntala lentamente el sueño de la recuperación con la vista puesta en 2026

Los 5.300 productores de plátano de La Palma -de los 8.000 totales del archipiélago-, afrontaban una campaña próspera cuando la erupción del volcán de Cumbre Vieja el 19 de septiembre de 2021 truncó abruptamente sus buenas expectativas. Ha pasado un año desde que un mar de lava arrasara, aislara o dejara sin servicios de riego y luz casi 600 hectáreas de cultivo platanero en La Palma, y 217 de ellas siguen completamente sepultadas bajo un inmenso manto negro de magma solidificada que se tragó también el medio de vida de 569 familias.

Desde que el volcán cesara su actividad 85 días después de su despertar, a esos productores directamente afectados y a otros a los que el Cumbre Vieja golpeó indirectamente, les han llegado ayudas compensatorias por los 53 millones de kilos de plátanos perdidos la pasada campaña en relación con la media de la última década -una compensación ya ampliada para la que acaba de comenzar-; asimismo, se ha avanzado en la recuperación de accesos e infraestructuras de riego y luz para las plataneras no enterradas. Ahora bien, queda mucho por delante: si todo el proceso se desarrolla según lo esperado y sin contratiempos, tendrán que pasar al menos cuatro años para que la isla, considerada como la gran fuerza tractora de la IGP Plátano de Canarias, pueda recuperar al cien por cien su superficie productiva.

Los agricultores azotados por el desastre natural son conscientes de la complejidad que entraña la vuelta a la que era su normalidad y, por eso, en este largo año se han mostrado comprensivos y pacientes. No obstante, llegado este primer aniversario, urgen a las administraciones que impriman una velocidad más de cara a ver cumplido el que, desde que el volcán detuvo su actividad, se convirtió en el gran objetivo común -también para el Gobierno canario-: recuperar esas 217 hectáreas de cultivo para que la isla palmeña pueda retornar a los 148 millones de kilos de plátanos que produjo en 2020, algo más de un tercio de toda la producción canaria (420 millones de kilos).

La isla no se puede permitir perder la ubicación que “más kilos de plátanos produce de media por histórico en Canarias”. “Es la zona privilegiada por sol y condiciones climáticas”; afirma el presidente de la Asociación Palmera de Agricultores y Ganaderos (ASPA), Miguel Martín Pérez, para subrayar la importancia que supone recuperar esas hectáreas plataneras y a las que añade otras algo más de 50 de plantaciones de aguacates y vid, así como de huertos de suma importancia para la economía doméstica de una isla que aglutina al “70% de todos los agricultores de Canarias”.

En ello coincide también la Asociación de Organizaciones de Productores de Plátano de Canarias (Asprocan), cuyo máximo representante, Domingo Marín Ortega, enfatiza que han de recuperarse esas 217 hectáreas “al completo y en el mismo lugar” porque “es fundamental para la isla” y, además, “técnicamente posible”.

Un plan a punto de ser concretado

La sorriba de las coladas, consistente en cubrir la lava con una capa de tierra, construir caminos de acceso, concentrar parcelas y abancalarlas con la propia piedra volcánica roturada del Cumbre Vieja, es la técnica que ambos colectivos han propuesto en la mesa de negociación con las distintas administraciones; una mesa en la que ha habido “buena comunicación”, según afirma Domingo Martín, y de la que debe salir el definitivo plan de ordenamiento, reparcelación y ejecución de obras para el rescate de esos terrenos perdidos. Si bien el plazo para la finalización del estudio se fijó en marzo de 2023, parece que podría estar listo a finales de este año. Su presentación supondrá el primer gran paso de un proceso que, eso sí, se prevé largo. Y es que, como señala el presidente de Asprocan, “si todo sale muy bien, tendremos al menos dos años de procedimientos jurídicos y, como mínimo, otros dos o tres de ejecución” ya que, debe salvarse la doble complejidad de poner de acuerdo con tal cantidad de propietarios y de obtener financiación.

Aunque La Palma tendrá que esperar, pues, hasta 2026 o 2027 para ese retorno al cien por cien de su producción platanera, Domingo Martín confía en que se esté al 90% de rendimiento en dos años. No en vano, aunque poco a poco, se están apuntalando las bases para ello. En este sentido, Gobierno de Canarias y Cabildo Insular de La Palma han trabajado para garantizar los accesos y el riego, con la puesta a disposición de desaladoras temporales vitales de necesidad, en las 340 hectáreas de plataneras que se vieron aisladas por las coladas. Reconocen ASPA y Asprocan que las altas temperaturas aún del suelo han impedido, por cuestiones de seguridad, que se avanzara al ritmo deseado, si bien algunos de los 450 agricultores afectados en estas zonas han podido comenzar a replantar, decapar y recuperar plantas antiguas. Así, algunas de esas hectáreas volverán a producción normalizada junto a las que tuvieron que desproveerse de las cenizas para continuar; y el resto, lo harán paulatinamente a la par que se ejecutan la totalidad de depósitos, canalizaciones e infraestructuras de riego que faltan por culminar.

Para esa total recuperación se hacen también imprescindibles otras medidas en proceso. En este sentido, las organizaciones representativas de los afectados urgen una valoración de las propiedades en origen para anticipar la posterior concentración parcelaria, así como que se sufrague al cien por cien la recuperación de invernaderos y otras instalaciones empresariales hundidas a consecuencia del peso de las cenizas -por el momento se han convocado ayudas por 10 millones de euros que consideran insuficientes-. Asimismo, otra de sus demandas pasa por la ampliación para La Palma de las ayudas europeas a regiones ultraperiféricas (Posei) -ya reconocidas hasta la campaña 2022-23-, durante los tres años posteriores a la erupción y vinculadas a la reconstrucción del cultivo.

Salir fortalecidos

Con paciencia, pero también con prisa, los palmeños confían en que, después del indudable daño ocasionado, la erupción el Cumbre Vieja permita reconvertir La Palma y al conjunto de los palmeños, salir fortalecidos del desastre natural que les sorprendió hace un año. “Tenemos que buscar la fórmula para que el sector agrícola mantenga el peso que tiene y el volcán probablemente más fotografiado y monitorizado del mundo se convierta no sólo en un reclamo para que el sector turístico despunte, sino también en punto de investigación y referencia científica para el resto de los volcanes del mundo”, afirma Miguel Martín Pérez con la vista puesta en un futuro esperanzador que, por supuesto, bien merece la isla bonita.

La Palma apuntala lentamente el sueño de la recuperación con la vista puesta en 2026

Un plan a punto de ser concretado

Salir fortalecidos

La Firma Invitada

Natalia Calle

CortevaTalks

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